Esta receta la primera vez que la vi fue en un recetario de quesitos franceses que me trajeron de Francia. Así que por tanto, la receta era con quesitos. Es una pasta choux, como la que utilizamos para hacer profiteroles, lionesas o petisus, y como la que hicimos para los CHOUQUETTES . La diferencia es que lleva relleno salado. Podemos rellenarlos o no, de cualquiera de las dos formas están de vicio. Quedan súper ligeros. Otro relleno que he probado y me gusta bastante es farinato con piñones.
Se conservan bien. Al día siguiente si los quieres recientes con unos minutos en el horno y quedan igual. Además se pueden comer tanto en frio como en caliente.
Ingredientes:
250 ml de agua
1 pizca de sal
80 g de mantequilla
150 gr de harina
4 huevos
60 g de queso rallado
60g de queso de untar con pimientos asados
60 g de jamón de york
Para el relleno (opcional)
El jamón serrano
Mermelada de tomate
Preparación:
Ponemos al fuego un cazo con el fondo grueso, el agua, la sal y la mantequilla dejamos hervir hasta que la mantequilla se derrita la mantequilla. Retiramos del fuego y volcamos la harina de golpe; removemos con una cuchara de palo bien hasta que tengamos grumos y se separe del cazo. Volvemos a poner al fuego sin dejar de remover unos segundos para que se seque un poco la masa. Pasamos a un bol normal o un robot de cocina y dejamos que enfríe 2 ó 3 minutos. Ahora tenemos que ir mezclando los huevos de uno en uno. Hasta que no esté bien integrado uno no echaremos el siguiente, en este momento añadimos el queso rallado, el queso de untar y el jamón cortado pequeñito. Cuando esté bien mezclado todo, pondremos la masa en una manga pastelera. En una bandeja con papel de horno iremos haciendo montoncitos. También podemos hacerlos sin manga con una cuchara.
Horneamos a 200º unos 25 minutos con el horno precalentado.
Sacamos a una rejilla y cuándo los tengamos fríos podemos rellenarlos si queremos.
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